Consejos para el crecimiento y peinados de protección

para el adelgazamiento / bordes dispersos

Los bordes delgados no son una broma. Además del aspecto poco agradable que le dan a tu cabello, también es muy difícil de combatirlo sin los conocimientos necesarios. Aunque la genética juega un papel muy importante en el grosor y la fuerza de tu cabello, hay algunos consejos que puedes aplicar para potenciar un cabello dañado por la manipulación, el estrés y la negligencia. No te preocupes más; ¡te tenemos!

1. Déjelos en paz.

Esta es la primera regla para hacer que los bordes delgados vuelvan a ser saludables, si es posible. El paso más obvio para conseguirlo es dejar de usar peinados apretados, sean cuales sean inmediatamente: colas de caballo apretadas, moños, trenzas, cosidos. Prueba con peinados de baja manipulación. En este caso, una trenza/torcido puede salvarte la vida si eres capaz de descubrir el secreto para mantenerlo durante al menos una semana sin manipular tu cabello todos los días... También puedes hacer giros sueltos o mini giros con tu propio cabello. Los peinados con pinzas son ideales para las personas menos afectadas, ya que tienen un aspecto profesional y ordenado y puedes mantenerlos durante una semana sin problemas si utilizas un buen pañuelo de satén cada noche y lo retiras por la mañana. También se pueden hacer trenzas con extensiones, siempre y cuando se dejen fuera los frágiles pelos de bebé si los bordes no están dañados. Si tu caso es muy grave (estilo Naomi Campbell) evita las trenzas con extensiones como la peste. Las trenzas de dedos también son increíbles, sólo tienes que usar un gorro de raso durante la noche para mantenerlas frescas y luego rociar un poco de agua por la mañana y ya puedes irte. Incluso los moños están permitidos si se hacen de forma suelta. (Ver ideas de peinados al final de este artículo)

2. ¡Deja esa grasa!

No utilice grasa en la línea del cabello (la pomada Dax y los productos de cera son buenos ejemplos) esto sólo cubrirá sus poros evitando que respiren, reduciendo así las posibilidades de regeneración y crecimiento. El aceite mineral, la vaselina y la vaselina son ingredientes que debe evitar por completo. En su lugar, prueba con aceites vegetales conocidos por aumentar y estimular el crecimiento del cabello, como el aceite de ricino. Puede diluirlo con otros aceites más ligeros de su elección y aplicar un poco cada dos días en el nacimiento del cabello (no se exceda en la dosis, aunque sea una cura natural, puede acumularse). Ten en cuenta que, aunque el aceite de ricino es ampliamente conocido por sus cualidades para estimular el crecimiento del cabello, es posible que no funcione para ti o para tu estilo de vida. Sólo asegúrese de hacer su investigación si ese es el caso, hay una miríada de brebajes en Internet.

 

3. Utiliza un pañuelo de raso, una cofia o una funda de almohada de raso al acostarte

Puede que oigas esto muchas veces. Pero aunque parezca sencillo es uno de los secretos más importantes para hacer crecer y mantener tus bordes. El satén y la seda son súper suaves y sólo absorben una pequeña parte de la humedad presente de forma natural en el cabello, mientras que el algodón y otros tejidos lo resecan. El pelo seco se vuelve frágil con el tiempo y se rompe rápidamente. Asegúrate de utilizar un pañuelo de raso o seda y de que, cuando utilices una cofia de raso o seda, ésta tenga un dobladillo liso sin elástico. La mayoría de los gorros de raso con un elástico en el dobladillo tienden a tirar del pelo que se escapa de ellos. Si no encuentras los dobladillos lisos en la tienda de artículos de belleza, seguro que consigues uno en Internet. Una funda de almohada de satén o seda también es una buena opción.  

 

4. Deja el secador/plancha y otros utensilios de calor en el armario.

¿Recuerdas aquellas clases de biología que probablemente odiabas (o amabas en mi caso)? El calor provoca la desnaturalización de las proteínas (las degrada) y la queratina es un tipo de proteína que forma la estructura principal de las hebras del cabello. Cada proteína tiene un umbral de desnaturalización que disminuye a medida que aumenta la temperatura aplicada. A unos 233 C o 451,4 F, la queratina del cabello comienza a fundirse. La mayoría de las herramientas de peinado térmicas funcionan en el rango de 100-170 C (212-338 F). El cabello que ha sido procesado previamente puede dañarse a temperaturas más bajas que éstas, ya que es más frágil (por ejemplo, los tratamientos de coloración fuertes). Ya son demasiado frágiles y el calor sólo agravará el problema. Si no puedes esperar a que tu cabello se seque al aire, utiliza una toalla de microfibra que no provoque mucho encrespamiento para absorber la mayor parte del agua antes de peinarte.

 

5. Evita los geles de fijación dura, las lacas y los alcoholes secantes

Por extraño que parezca, los productos de fijación dura no se aconsejan para los bordes delgados porque hacen que el cabello se vuelva quebradizo y seco para mantenerse en su lugar. Aunque no son perjudiciales si se utilizan con moderación en los bordes sanos, pueden ser muy destructivos en los bordes escasos. Intenta utilizar alternativas más saludables a los geles duros, ya sean variedades de fijación suave sin alcohol (algunos geles EcoStyler) o versiones naturales de fijación ligera como el gel de linaza/linaza y el gel de aloe vera. Algunos tipos de alcoholes presentes en los productos capilares son malos para el cabello porque también lo resecan. Los alcoholes malos más comunes son el alcohol SD 40, el etanol, el alcohol SD, el propil, el porpanol y el isopropil.

 

6. Humedad, humedad, humedad

El cabello seco es frágil y propenso a romperse, mientras que el cabello hidratado es flexible y mucho más difícil de romper. Así que asegúrate de rociar tus bordes con un poco de agua real cada día, utiliza un aceite ligero para sellarlo cada dos días evitando que se acumule, usa cremas hidratantes de buena calidad (Butter Me Up! Hair Styling Crème Brûlée es un gran ejemplo) y acondiciona en profundidad al menos una vez a la semana.

 

7. Apégate a los tópicos saludables

Las conoces todas: lleva una dieta bien equilibrada llena de vitaminas, minerales, proteínas y todo lo que tu cuerpo necesita (¡yo sigo el Levítico 11 y me ha funcionado!) evita el estrés siempre que sea posible haciendo tiempo "para mí" (relájate cuando puedas), bebe mucha agua, evita los alimentos procesados, el exceso de azúcar, la sal, la grasa y los productos químicos fuertes en los alimentos y los cosméticos. Dejar de fumar y evitar ser un fumador pasivo.