"Si alguno es irreprochable, el marido de una mujer, que tenga hijos fieles no acusados de motín o rebelión. 7) Porque es necesario que el obispo sea irreprochable, como el administrador de Dios; que no sea obstinado, que no se enoje pronto, que no sea dado al vino, que no sea huelguista, que no sea dado al lucro sucio."